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En uno de los templos más antiguos de Tenango del Valle, el Calvario construido entre los siglos XVIII y XIX, se resguarda la figura de Nuestro Padre Jesús a quien desbordamos de fe y devoción, cada vez que celebramos su fiesta patronal en el mes de enero.
Contar la historia de Nuestro Padre Jesús no es una tarea fácil pues se trata de un testimonio de más de 100 años de tradición oral, más o menos el mismo tiempo que tenemos de celebrar su divinidad, o al menos así lo demuestran las imágenes o retablos procedentes del siglo XVIII, que están situados al interior del templo del Calvario.
¿De qué se trata entonces ese relato que nos cuenta cómo esta maravillosa representación de Jesús llegó a nosotros y se convirtió en tradición, creencias, unión y fiesta? Durante los últimos años nos hemos dado a la tarea de preguntar entre las familias de nuestro municipio la historia, y hoy queremos compartirte la historia.
La leyenda de Nuestro Padre Jesús.
Hace muchos años, en Tenango del Valle, residía un cura respetado y devoto. Un día, un grupo de arrieros, envueltos en el misterio y el aire de tierras lejanas, confiaron en el cura del pueblo al dejarle a su cargo una caja grande de madera. Los arrieros desaparecieron sin dejar rastro, dejando al cura inquieto y ansioso por el enigma que custodiaba. Sin embargo, con el paso del tiempo, la caja empezó a exhalar un fuerte aroma a flores, llenando el aire de una fragancia embriagadora y divina que atrajo la curiosidad de las personas.
Con la cautela de quien se enfrenta a lo desconocido, el cura y un grupo de aldeanos se reunieron en la iglesia para abrir la caja en un acto que iba más allá de la simple curiosidad. Al levantar la tapa, se reveló una representación meticulosamente tallada del rostro y las manos de Jesús, que parecían emanar una energía mística capaz de estremecer incluso al más escéptico. El cura, asombrado y con la certeza de haber sido testigo de un milagro, decidió confeccionar una figura a tamaño real de la imagen con las piezas que habían descubierto.
La noticia de este acontecimiento milagroso se extendió como un reguero de pólvora por Tenango y sus alrededores, atrayendo a peregrinos y fieles de todos los rincones en busca de la bendición de la misteriosa imagen. La figura de Nuestro Padre Jesús, conocida con devoción como Dulce Nombre de Jesús o Nuestro Señor del Poder, se convirtió en el epicentro de una creciente veneración y fe inquebrantable entre los habitantes del pueblo, que la consideramos un símbolo de protección divina y gracia celestial.
La gente cuenta que fue así como inició la veneración por él y desde entonces, cada 15 de enero hacemos una gran fiesta, pues además de haber elegido a Tenango del Valle como su hogar, nos salvó de una fatal erupción que provenía del nevado de Toluca.
La historia de la caja misteriosa y su contenido sagrado se convirtió en un legado arraigado en la identidad de Tenango, recordando a generaciones futuras el poder de la fe y la esperanza en tiempos de adversidad.
El festejo a Nuestro Padre Jesús
La adoración a Nuestro Padre Jesús es un ritual que se divide en diferentes pasajes y comienza con “La visita” desde el primer día de enero hasta culminar el 31 del mes. Cada año se eligen seis familias que serán las encargadas de recibir a Jesús Peregrino, una figura de bulto que representa a Jesús flagelado por los romanos. En cada visita que se separa entre sí por seis días, las personas se reúnen para rezar el Rosario y cantar alabanzas.
Posteriormente, el segundo domingo del mes se lleva a cabo “El paseo”, que como su nombre lo indica, se trata de la exhibición de carros alegóricos en los que se representan escenas bíblicas del antiguo y nuevo testamento.
Los días más importantes de la fiesta son el 15, porque en esta fecha celebramos el cumpleaños de Nuestro Padre Jesús y el 31, que es cuando las figuras de el Peregrino y el Patrón, se reúnen en el templo de El Calvario. Así también, el día 14 del mes es muy importante, pues se coloca en la entrada del templo “la portada”, un adorno de flores que anuncia que el momento de júbilo ya está cerca.
Como otras fiestas patronales, además de los rezos también hay oportunidad de celebrar con música, juegos mecánicos y otras actividades de recreación que hacen vibrar a Tenango del Valle el primer mes del año.
Hay que decirlo, la veneración a Nuestro Padre Jesús significa un tiempo de unión entre las familias y la fe.
Si bien no todas las personas que habitamos Tenango profesamos la misma fe y las mismas creencias, es cierto que hemos podido encontrar espacios para compartir, entendernos y relacionarnos, y hacer de nuestro municipio un lugar donde todas las personas podamos sentirnos representadas y ser parte de la cultura y tradición.
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